Bailar es una gran medicina que le hace mucho bien a nuestro cuerpo y es una forma de expresar sin palabras lo que nuestra alma quiere decir.
Desde niña tuve la pasión por bailar y ahora de adulta veo todo mucho más claro. El baile más que una pasión era un escape a mi realidad, era una forma de expresar en movimiento lo que mi ser experimentaba, mis inseguridades, miedos y falta de amor. Siempre cuando terminaba el ensayo me sentía fuerte, segura y valiente frente a las circunstancias de la vida.

Hoy veo cómo el baile me sanaba, el baile alimentaba mi alma de amor y alegría para seguir adelante. El baile me ha mostrado el camino que lleva al autodescubrimiento y he aprendido a honrar mi cuerpo. A mis 20 años empecé a sentir mucha ansiedad y recuerdo un día cuando en un supermercado me dió una crisis, empecé a bailar y me olvidé del mundo, fue increíble ver y sentir cómo todo se transformó, no puse resistencia a lo que sentía, solo lo observe y en medio del miedo empecé a activar mi cuerpo con el movimiento. pensaba: wow, me siento mucho mejor, más calmada y segura.
Empecé a estudiar más al respecto y entiendo ahora que al entrar en estados de ansiedad, nuestro cerebro libera grandes cantidades de cortisol, la hormona del estrés y en el momento en que empezamos a bailar se liberan endorfinas en nuestro cerebro las cuales actúan como neurotransmisores generando sensación de bienestar.
Hoy y después de todo este camino recorrido sé por mi experiencia y la de mis alumnos que el baile más que ejercicio físico, es un motor de ayuda mental y espiritual para tener una vida en armonía y paz interior.
Estos son otros de los maravillosos beneficios que recibimos a la hora de bailar
Mejor salud
Músculos más fuertes
Mejor equilibrio y coordinación
Más energía
Menos estrés
Mejora el estado de ánimo
Ayuda a conectar con nosotros mismos y los demás
Mejora la autoestima y seguridad en uno mismo
Aumenta la inteligencia y previene el envejecimiento
No te olvides de bailar la vida.
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